FUTURISMO. LA EXPLOSIÓN DE LA VANGUARDIA.


El legado del Futurismo vas más allá de su propia leyenda. Los coordinadores de este volumen impecablemente editado por Vaso Roto, Llanos Gómez y Alessandro Ghignoli, nos dirán: “Muchos hallazgos del futurismo han sido atribuidos de forma genérica a las vanguardias, quizá por la vinculación del movimiento con el fascismo, lo que ha propiciado dos soluciones igualmente estériles: por una parte, la total identificación del futurismo con el fascismo –lo que, sin duda, reduce las complejas relaciones entre los diversos futuristas y el partido fascista— y, por otra, el estudio de las vanguardias evitando reconocer esta herencia. […] Este volumen ofrece, pues, un recorrido por las distintas disciplinas abordadas por los futuristas, con el fin de reconocer este legado, que hoy pervive, por ejemplo, en la publicidad, el cine, la radio, la fotografía, la poesía o en la escena.” Todavía recuerdo con viva emoción las muchas horas delante de la exposición “Futurism and the Avant-Garde” en la Tate Modern allá por el mes de junio de 2009. Y el trallazo que supuso para mí la contemplación (en directo) de la obra de Umberto Boccioni. Frente a la idea estereotipada que los libros de texto nos legaron acerca de este ismo, lo contemplado se proyectaba como un universo complejo, genésico, repleto de aristas interpretativas que no eran fáciles de encapsular bajo marbetes empobrecedores. El Futurismo implica el nacimiento de las vanguardias y con ellas uno de los “asideros” fundamentales de comprensión de nuestra pretendida contemporaneidad. Es más, si, como advertía Maiakoski, “no es posible un arte revolucionario sin forma revolucionaria”, el Futurismo tendría el privilegio de inaugurar este modo de transformación en el arte a lo largo del siglo XX, profundamente desaprobatorio del orden burgués y la mercantilización de lo humano.

Este libro atesora muchas virtudes. En primer lugar, se trata de un texto pensado no tanto para un público académico y/o erudito (a pesar del rigor y profesionalidad de sus colaboradores), como para cualquier persona interesada en rastrear las posibilidades todavía vigentes de la vanguardia. Además, el hecho de administrar conocimientos en torno al cine, la escena, la literatura, la arquitectura, la fotografía, lo convierten en una suerte de mixtura total, donde tienen cabida diferentes ámbitos de interés en función de la heterogeneidad de públicos. Se nos llena la boca hoy en día hablando de fragmentación, performatividad, experimentalismo, como si se trata de logros propios de la postmodernidad. Sin embargo, un repaso atento a las tesis del libro nos ilustra acerca de la capacidad transgresora (seminal) que el Futurismo introdujo en Occidente, desestabilizando todas las jerarquías y apriorismos sellados por las estéticas dominantes del siglo diecinueve. La polifuncionalidad de la palabra, el giro narrativo, la iconización de lo verbal y la verbalización de lo icónico, la palabra en libertad… deben a este movimiento su primera puesta de escena, sin menoscabo de que otros grupos posteriores ahondaran y extendieran esas primeras intuiciones. En cierta medida, todos aquellos que se sienten (nos sentimos) deudores de la “tradición vanguardista” (y soy consciente de la aparente contradicción de ambos términos), estamos también en deuda con el Futurismo. Justo sería empezar, entonces, por preguntarnos acerca de la aparente esencialización de que ha sido objeto, bucear en sus estímulos, capaces aún hoy de romper “el orden sintáctico, declamatorio y tipográfico” de los objetos artísticos.

Nos encontramos ante un libro altamente recomendable. Y para quién quiera encontrarse con él de primera mano, le sugiero se pase el jueves 14 de abril a las 20:00 por la librería TIPOS INFAMES (C/ San Joaquín, 3. Madrid) para festejar esta explosión de la vanguardia.

Ahora les dejo con la película AELITA (1924) del ruso Protazanov, obra fuertemente influida por el Futurismo italiano, en la que se asiste, como nos señala el profesor Giovanni Lista (uno de los grandes conocedores de este movimiento y autor incluido también en el libro) “a un acuerdo evidente entre la trama narrativa y la investigación formal, entre una historia que vuelve a solicitar los normales desarrollados cinematográficos y una expresión plástica que aspira a ser autónoma y significativa por sí misma”. Que la disfruten.

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